martes, 28 de mayo de 2013

Se como el Árbol.

Se encuentran en los bosques, en los parques, en las calles, jardines, en todos lados, unos altos y frondosos, otros pequeños y llenos de deliciosos frutos, al pasar muchos no se dan cuenta que ellos están allí acompañándonos por muchos años, para algunos su misión es dar sombra, otros dar pocos pero deliciosos frutos, otros dan frutos en abundancia y otros simplemente para acoger al caminante cansado que llega a buscar su sombra.

Que gran ejemplo nos da Dios a través de la naturaleza, que gran amor el de nuestro Dios que nos quiere mostrar su creación para que sigamos su ejemplo son tan esplendidos como para morir de pié pues cuando un árbol muere por el tiempo queda en pié aunque no dé más frutos, ni hojas, ni ramas, pero sigue en pie.

A través de su vida crece lo más alto que le sea posible, frondoso, bello, dando de si lo mejor para tener las hojas más verdes, esto para el ser humano implica todo contexto social que está a nuestro alrededor, las pertenencias, el éxito profesional, los hijos, el hogar.

Hay árboles que crecen altos como el pino, otros son pequeños como el naranjo pero que dan sabrosos frutos. No importa a donde estés, crece lo mas alto que puedes, si eres Pino se un hermoso Pino, si eres Roble sé el mejor Roble, si eres un Naranjo lucha y trabaja para dar los mejores frutos esos que te caracterizan.

Ya sea que has venido a dar frutos o sombra la mejor forma de lograrlo es “siendo fiel a tus raíces” que simbolizan, tu cultura, tu país tu gente, el lugar de donde has venido, de donde has nacido, es decir esos principios y valores, ese amor a Dios que tus padres con esmero te han enseñado, sé como el árbol, fiel a tus raíces.

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