El bien y el mal.

No caigas en esa trampa rutinaria que muchos viven diariamente y que al final del día terminan drenados, cansados y muy tristes con un sentimiento vacio y solos, aún cuando estén rodeados de muchas personas. Es hora de realizar esa retrospección y generar un cambio personal interno contribuyendo a la alimentación de esos buenos pensamientos y sentimientos, haciendo ganar a nuestro lobo interno bueno. Es de esta forma que lograremos alcanzar satisfactoriamente sueños, metas y objetivos que nos colocarán donde tanto hemos deseado estar. La competencia no es con los demás sino contigo mismo(a) para ser mejor persona y hacer un mejor mundo.

El bien y el mal.

Vivimos en medio de una gran batalla… la batalla entre el bien y el mal… una lucha que comenzó desde el comienzo de la humanidad, cuando el Enemigo tentó a nuestros primeros padres… y que seguirá hasta el final de los tiempos… nosotros conocemos de Quien es la Victoria… pero aún así, tenemos que pelear la batalla hasta el final…

No caigas en esa trampa rutinaria que muchos viven diariamente y que al final del día terminan drenados, cansados y muy tristes con un sentimiento vacio y solos, aún cuando estén rodeados de muchas personas. Es hora de realizar esa retrospección y generar un cambio personal interno contribuyendo a la alimentación de esos buenos pensamientos y sentimientos, haciendo ganar a nuestro lobo interno bueno. Es de esta forma que lograremos alcanzar satisfactoriamente sueños, metas y objetivos que nos colocarán donde tanto hemos deseado estar. La competencia no es con los demás sino contigo mismo(a) para ser mejor persona y hacer un mejor mundo.

No importa la función, todos somos iguales.

La humildad parte del conocimiento de que no existen personas más importantes que otras, de que en el Universo todos cumplen una función.

La lluvia sirve, el viento sirve, el agua sirve, los seres humanos servimos… Todo cumple una función, y no cabe discusiones sobre si unas funciones son mejores que otras, pues todas son igualmente útiles.

Humildad no es sentirse inferior a nadie, ni creer que existe alguien mejor que tú. Procede de un sentimiento de paz interior; por ello, la humildad es el principio básico de una vida equilibrada.

Agradecido con la vida, por siempre.

"Gracias por mostrarme el arte de no tenerle miedo a observar los juicios de la mente y de aprender a hablar desde el corazón, por ayudarme a ver que existe un camino en el que cuando uno expresa lo que siente, se desvanecen las dudas y se manifiesta una profunda paz y tranquilidad que provienen de la aceptación."

¡Nuevamente mil gracias!

Soy agua

Yo soy como el agua...

Que fluye y se escapa,
que moldea a la piedra mas dura,
y refresca al hombre cansado.

Puedo ser cristalina y pura,
abrir el camino lentamente en la tierra
como el rio que corre.

Agresiva y estruendosa, si lo propongo,
que en tormentas enfurecidas,
hago estrojos y me purifíco.

Yo soy como el agua...

Que aún siendo maleable y flexible,
no pierdo mi esencia,
que no me detengo, sigo el transcurso.

Que en sus totales facetas,
soy hielo, vapor y liquido,
dependiendo del clima, el día y la vida.

Encontrarás en mis ojos,
la claridad de arroyos,
la transformación de los caminos.

Encontrarás en mis entrañas,
la profundidad de los mares,
los misteriosos secretos de mi alma.

Yo soy como el agua...

Abastecedora y refrescante,
abundante y compartida,
fuente unificada, inalterable.

Habito en los lugares más reconditos,
comparto los secretos de la humanidad,
yo hablo una lengua universal.

Soy fuente de vida,
soy básica en la existencia,
soy parte del todo.

Yo soy como el agua...